Cuando camino por la avenida siempre me detengo ante la tienda que me regala uno de mis olores favoritos.
¿Has podido percibir su aroma alguna vez?
Yo sí, en tardes de invierno, cuando las tertulias con mis abuelos parecían infinitas. Las envolvía un olor denso, penetrante, antiguo. El mismo que me mantiene inmóvil, en medio de la avenida, y que llena mi mente de recuerdos....como aquellos en los que las mañanas despertaban desnudas de sueño y las noches hacían vigilia para dar la bienvenida al conocimiento; o como aquellos, en los que su presencia era la excusa perfecta para estar con un amigo, leer un buen libro o, simplemente, observar el ir y venir de los demás al otro lado del cristal.
Aroma evocador y nostálgico, fuerte y adictivo.
Inspiro fuerte, intensamente, para que ese olor acompañe el camino que me resta hasta llegar a mi destino. Continúo mi paseo.
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