viernes, 12 de marzo de 2010

UNA IMAGEN

Mirada a las cámaras. Disparos. Ya está, miles de imágenes de una misma cara para la posteridad. Una estrella de la canción saludando antes de recoger su último premio.
Bella, impecablemente peinada, impecablemente maquillada, impecablemente vestida.
Impecablemente impecable.
Saluda con la mano y con los ojos. Está feliz.
Sin embargo, detrás de esa máscara exterior se esconde una persona tremendamente cansada, triste y fea. Si metiera mi mano por su boca y mis dedos tuvieran luz, lo único que ellos podrían atisbar sería dependencia, dudas, miedos. La posteridad no quisiera pertenecer a esa imagen.
No saluda ni con la mano ni con los ojos. Es infeliz.

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