viernes, 29 de noviembre de 2013

RECUERDOS DE UNA DESILUSION



Primer premio III Concurso " Cartas a un maltratador". Distrito Barajas

Hoy te he visto. Caminabas cabizbajo con la espalda encorvada. Parecías un anciano. Si no hubiera sabido quien eras, me hubieras enternecido. Sin embargo, te conocía y sabía que en el momento que elevaras la cabeza tus ojos iban a mostrar todo el odio que llevas dentro.
No me apetecía encontrarme contigo y decidí cambiar de dirección. La vida dibuja círculos que por inesperados no dejan de ser sorprendentes.  Me percaté que era nuestro aniversario.  Hubiéramos cumplido nuestras bodas de plata. Me entristecí porque los recuerdos se agolpaban en mi cabeza.
¡Qué niña era! ¡Sólo veintiún años! Tú tenías treinta y ocho. ¡Cuántas ilusiones vagabundeaban en mi cabeza!  Me sentía como una princesa a la que iban a mimar, a cuidar, a amar. ¡Sería feliz!
Aquella ilusión que me tenía en las nubes  duró  lo que tardaste en darme la primera bofetada en plena luna de miel.  Ese día se estrenaría la función de teatro en la que iba a interpretar a la protagonista. Me convertí en la gran actriz que siempre sonreía  ante los demás y que lloraba por dentro en soledad.
No fui mimada, no fui amada, no fui feliz. Me convertí en un ser anodino, sin ilusión, triste. Tú me eras infiel con el alcohol. Cuando estabais juntos, confabulabais, de tal modo, que mi cuerpo siempre era el indemnizado por las maravillosas ocurrencias que a los dos os producía ese estado de pasión perpetua.
Mi embarazo supuso una pequeña tregua en aquellas orgías que te montabas.  Digo pequeña porque sustituiste los golpes por un lenguaje peyorativo, denigrante, soez. Me avisaste que elegirías la vida de nuestro bebé a la mía en caso de sufrir algún contratiempo en el parto. Recuerdo, como si fuera ayer, el momento en el que me dijiste aquello. Tus ojos estaban llenos de ironía, burla, odio.
La presencia de nuestro hijo no cambió tu comportamiento hacía mí, En mi mente aún viven palabras como miedo, temblor, lágrimas, desesperanza…basura, nada, derrota, vergüenza, secreto, mentira, ausencia…moratones, contracturas, sangre, dolor, violación…insultos, ridículo, culpa, depresión, soledad….gritos, gritos, gritos…ayuda, ayuda, ayuda…
Y una madrugada la recibí. Apareció la policía en nuestra casa. Un vecino dio el aviso. No sé quién fue pero tendrá mi agradecimiento eterno. Intentó salvarme  pero yo… Aquellos agentes me tendieron su mano para llevarme a una casa de acogida junto con el niño.  Te miré y me diste pena. Llorabas con tanta angustia….
 No acepté.  Aún hoy me llamo estúpida. Me hubiera ahorrado un año de sufrimiento
Nadie de la familia  y de nuestros escasos amigos conocía mi situación. Sólo nuestro hijo consiguió darme fuerzas con su miedo. Porque tú no lo sabes, pero todas las noches, cuando llegaba de trabajar, él se acercaba a mí y, mientras me abrazaba, me decía al oído: hoy no le hables porque está enfadado… Hubo otros momentos, en los que, creyendo que jugábamos al escondite, salíamos corriendo de casa para ocultarnos en el descansillo de la escalera. Desgraciadamente, a medida que iba creciendo se daba cuenta que eso no era un entretenimiento divertido.  Al contrario, se trataba de huir de ti, su padre.
Estaba paralizada. Me hiciste creer que yo era la que provocaba toda esa violencia. La máxima responsable de tu insatisfacción. Tú eras un pobre inocente que no tenías más remedio que utilizar tu agresividad para llevarme por el buen camino. ¿Buen camino?, ahora sonrío al recordar esa frase tantas veces escuchada.
Por fin, saqué fuerzas y pedí  ayuda a mi familia. Durante meses me acompañaron a asociaciones, psicólogos y una noche, cuando tu mano volvió a juguetear con mi cuerpo, decidí salir de nuestra casa para siempre e ir a comisaria. Fue el cuatro de Julio. Toda una noche de confesión, de liberación.  Emulando a los americanos, también celebré mi independencia, mi libertad. No fue fácil porque tus hermanas me conminaron a retirar la denuncia reprochándome  la vergüenza que iba a sentir nuestro hijo por tener a su padre en la cárcel. ¡Hipócritas! Sí, pero consiguieron su propósito porque yo, entonces, era vulnerable, era nada, no creía en mí. Era basura. A los pocos días, al enterarte que ya no había cargos contra ti, me llamaste por teléfono, y mofándote de mí, dijiste que ibas a brindar con champán por mi buen comportamiento.
Aquel tiempo parece tan lejano…y hoy, cuando te he visto de lejos, tan desvalido, no he sentido ni un ápice de compasión por ti, sólo una alegría infinita al constatar que no formo parte de tu vida. ¿Sabes? Por fin ha caído el telón y dejaré de representar a aquella mujer que nunca merecí ser. Hoy más que nunca miro a la vida de frente.


3 comentarios:

  1. Enhorabuena, Ana, por tu libertad, por tu hijo y por haber logrado de nuevo las riendas de tu vida. Eres una luchadora. Y enhorabuena por tu premio.
    Un abrazo,
    Natalia.

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  2. Es increible como una narración tan limpia y elegante arrastre un significado tan sucio y asqueroso. Es increible. Me ha encantado, aunque no me van los temas sociales, pero cuatro veces vello de punta y dos a punto de llorar justifica que es impresionante tu prosa.
    Soy Jorge Ginestar. Me he aventurado a cotillear tu blog y a crear uno propio. De momento creo que lo he hecho medio bien. Pero al hacerlo desde el ipad, no se como añadirte ni como funciona esto. Bueno, si tienes algún grupete donde se hable de literatura y puedas ańadirme, perfecto.

    Yo no sé si a ti te sale mi blog, la verdad es q no me entero de nada.
    mubaria.blogspot.com.es
    He puesto un cuento para que aparezca algo. Es surrealista y de después de comer.
    Gracias por dejar que te de la lata y enhorabuena por el relato. Ya leeré mas.

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  3. Esta es la cuarta vez que trato de escribir un comentario. He alagado tanto el relato que se me han terminado las alabanzas. Me encanta la prosa tan elegante y limpia para un tema tan asqueroso y sucio. Increible!!!!
    Bueno soy Jorge Ginestar. He creado un blog aquí y he puesto un relato de después de comer. Rollo surrealista y cortaciano que es mas lo mío.
    Enhorabuena por el cuento y no sé si he hecho bien lo del blog, lo de seguirte y tal. Si tienes añgún grupete de amantes de la literatura y puedes ańadirme me encantaría

    mubaria.blogspot.com.es
    Esa parece q es mi dirección

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