viernes, 24 de mayo de 2013

PARA ELLA



Le conocí un día de principios de Mayo. Lo primero que me atrajo de ella fue su tristeza…
Tengo los ojos negros. El pelo blanco. Ella siempre dice que tengo una mirada que enamora. Canta canciones mientras acaricia mis orejas. Sus dedos son delicados y sus cosquillas me inundan de felicidad.
La espero impaciente que regrese del trabajo. Revoloteo a su alrededor como un niño pequeño. Jugamos, corremos, saltamos, paseamos y, sobre todo, hablamos.
Su presencia me llena de alegría. El amor se mide en intensidad y el nuestro lo es.
La desconocí una tarde de finales de Abril. Lo primero que rompió mi corazón fue su tristeza.
Hoy la observo desde la distancia. Sé que me recuerda. Sé que llora. Sé que sus dedos se han quedado huérfanos de caricias. Sus canciones vuelan en silencio por nuestro hogar. Camina por la calle recordando mis pasos.
Ella no sabe que continúo a su lado revoloteando entre sus piernas y saltando de alegría cada vez que esboza una sonrisa.
Mi nombre es Jack, su perro. Una mascota para algunos, un amigo para ella…pero ¿acaso importa?.  Lo único significativo es que el tiempo se mide en intensidad y el nuestro será eterno.

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