LA VENTANILLA
Me
llamó la atención su canción con acento infantil. Su cara estaba apoyada en el
cristal y su reflejo dejaba ver unos
grandes ojos que observaban el paisaje que la velocidad dejaba ver. El túnel obscureció el cielo pero no separó
la cara del cristal. Al llegar a la estación, la mano de su madre le señaló el
camino a la salida. Le observé. Era ciego. La canción con acento infantil
seguía escuchándose entre el deambular de la gente que ocultó al niño
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