EL CASO DEL AVION QUE
SE PERDIO EN LA NOCHE
…..”Despedimos nuestro
informativo con una última noticia. Según la agencia efe, un avión de la
compañía Malasya Airlines ha desaparecido con 239 pasajeros a bordos. El vuelo
MH370 salió de Kuala Lumpur a las 00.30h hora local y tenía previsto llegar a Pekín
unas seis horas más tarde, pero 40 minutos después de su despegue los radares
dejaron de detectarlo. “…..
Todos los que estaban en aquel avión fueron elegidos pero
ellos no lo sabían. Se les había hecho un seguimiento exhaustivo durante
meses.
El aparato inició el despegue. La tierra quedó lejos de los que allí estaban.
El comandante del avión se relajó cuando alcanzó la altura
estimada. Habían pasado cuarenta minutos. De repente, una fuerza extraña, ordenó
a su mente que desconectara todos los sistemas de comunicación del aparato. De inmediato,cambió de rumbo. El copiloto no se inmutó. Parecía hipnotizado.
El resto de la tripulación comenzó a repartir las cenas. La
comida había sido condimentada con una sustancia muy potente que dejaría al pasaje drogado durante muchas horas. Era necesario que todos lo comieran, de lo contrario,
el plan, tendría bajas. No hubo
problemas. El menú era tan apetitoso que
nadie pudo evitar probarlo.
El silencio era intenso dentro del aparato. Las
respiraciones dormidas acompasaban el sonido de los motores como si fuera una
canción de cuna.
Transcurrieron siete horas. El avión inició un descenso,
primero, progresivo, y después rápido para caer a gran velocidad y en picado al
océano. El impacto fue tan brutal que se produjo un movimiento en el lecho
marino similar a un temblor sísmico. El aparato siguió su viaje hasta el fondo
del mar donde una gigantesca nave abrió sus compuertas y le introdujo en su interior.
Habían llegado a su destino: la Atlántida.
Los pasajeros despertaron de su letargo. Miraron el reloj y
observaron con estupor que el vuelo se había retrasado muchísimo. Deberían
haber llegado a China hacía más de tres horas. No podían abrir las portezuelas
de las ventanillas. Parecían encajadas. Comenzaron a preguntar a los
tripulantes pero ellos estaban igual de desasosegados. El sobrecargo se dirigió
al comandante para que le diera algún tipo de explicación pero sólo recibió la orden
de abrir puertas. Así se hizo. El pasaje salía enfadado, protestando,
jaleándose los unos a los otros. Sin embargo, una vez que atravesaban la
salida, se hacía el silencio. Lo que les esperaba era tan bello, que les dejaba
sin palabras.
Desconcertados, en medio de un jardín lleno de parterres,
fuentes, estatuas griegas, árboles frutales, no entendían nada lo que estaba
pasando, hasta que una voz les sacó de su perplejidad:
-Bienvenidos a la Atlántida, el paraíso perdido. Soy Platón,
vuestro mentor, maestro y responsable de la nave en la que nos encontramos.
Todos vosotros habéis sido elegidos para ser miembros de una sociedad
privilegiada de la que empezareis a formar parte. Seréis felices y libres. No
existen las normas ni las leyes. Nos dedicamos a vivir para nosotros, para los
demás. Nuestro lema es cuidar el arte, la ciencia, la escritura, el amor, la
convivencia. La utopía hecha realidad.
- Esto debe ser una broma ¿verdad? – interrumpió
Yan – Una especia de cámara oculta de esas de programa de televisión.
-No, Yan ¿te llamas
así, verdad? Todo lo que estáis viendo
es real. Dentro de unos días, hasta que toméis una decisión, estaremos en esta
nave. Luego, llegaremos a nuestro destino final. A nuestra gran urbe.
-¿Qué decisión hay que tomar?
-Si permanecéis con nosotros
o seguís vuestro camino a China. Nadie está obligado a quedarse. Es cierto que
habéis sido elegidos escrupulosamente por vuestras aptitudes pero entendemos
que tengáis otras prioridades y deseos.
-¿Cómo se ha hecho esa selección? – pregunta Roodney – mi mujer y yo nos acabamos de
jubilar y queríamos celebrarlo con un viaje a China. No entiendo de qué podemos
serles nosotros útiles. Qué aptitudes han podido ver en nosotros dos. Hemos entrado en una edad que…
-Todos somos importantes en nuestra urbe, además, de
inmortales. Allí la edad avanza pero no la degeneración corporal y mental.
- ¿ Y mi hijo?
, sólo tiene siete años…apostilló Li yu…
- Los niños son nuestro mejor regalo. Ellos son el don de
los dioses. Serán felices. Vivirán amando.
- Dejémonos de tonterías – exclamó furioso el comandante del
avión- yo soy el máximo responsable de todas estas personas. Déjenos ir de inmediato. Esto se está
convirtiendo en una broma de mal gusto.
- Zaharie, cálmate. Ya no estás en tu avión. Te lo recuerdo.
Tú ahora, eres uno más. Puedes quedarte o irte. Tuya también es la
decisión. Ahora, Timeo, Critios y
Sócrates os acompañarán a vuestros compartimentos. Como os he dicho con anterioridad, tenéis unos
días para pensar en vuestro futuro. Mientras tanto, disfrutad de nuestra
hospitalidad. Platón desapareció tras un haz de luz. Todos siguieron a aquellos hombres salidos de
otro tiempo, de otro lugar y se instalaron en aquel confort que
parecía no tener fin.
El tiempo transcurría pero las agujas de los relojes no se
movían. Todo parecía envuelto en un halo mágico como si una nube intemporal se
hubiera instalado encima de sus cabezas. La ambrosía y el néctar los
alimentaba. Los juegos les entretenían. El ambiente era plácido y relajante. No
había disputas. Ni siquiera se habían entablado conversaciones sobre lo que
iban a decidir. Pero todo tiene su fin y, una mañana, de forma inesperada, Platón
volvió a aparecer.
- Saludos a todos. Ha llegado el momento de la partida. Han
pasado dos semanas de vuestra llegada. Supongo que, todos vosotros habéis
resuelto vuestras dudas.
Sí, aquellos pasajeros habían tomado su decisión aunque no la habían compartido. Sólo diez
de ellos, entre ellos, el comandante del avión, querían volver a su destino inicial, el resto
se quedaba allí.
- Platón, cuando lleguemos a China, nos harán muchas
preguntas…va a faltar pasaje, ¿qué diremos?, ¿qué explicaciones puedo dar? Soy
el comandante
- No te preocupes por eso. Todos creen que habéis tenido un
accidente. Tú y los demás seréis los únicos supervivientes. No os acordaréis de
nada de lo que aquí habéis vivido. Ha llegado la hora de la partida.
La despedida fue triste. Hubo abrazos y lágrimas. Las
compuertas de la nave se abrieron y, los que se quedaban, observaron cómo sus
compañeros de aventura desaparecían de su vida para siempre.
El comandante se puso al mando y, notó como, de nuevo, su
mente era gobernada por una fuerza que manejaba la aeronave por él. Los motores
rugían. Paulatinamente, el aparato fue elevándose desde el fondo marino hasta
llegar a la superficie. Allí, una fuerte explosión acabó con el avión y con los que allí viajaban.
Mientras tanto, los nuevos habitantes de la Atlántida, se
elevaban desde el interior del océano hasta la inmensidad del espacio dejando
atrás el sistema solar. Allí les esperaban todos aquellos que un día
desaparecieron y nunca más se volvió a saber de ellos. El paraíso les abrazaba. Nadie los podría
descubrir.
...” Interrumpimos la programación para informarles de una
noticia de última hora. Después de dos semanas de la desaparición del avión de Malasya
Airlines, se han encontrado los primeros restos en aguas del Índico.
Desgraciadamente, junto con el fuselaje del avión, también hay restos humanos. En la noticias de las dos de la tarde, ampliaremos la
información.”
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