sábado, 4 de junio de 2016




FUGAZ



  El vagón está lleno de somnolientos. Día tras día recorren el mismo camino que les lleva a un destino conocido. El sonido del motor acompasa el sueño de los que allí están. Apenas está amaneciendo y ellos, fugaces en la vida, dormitan su morir. Entrego mis pensamientos al paisaje que fluye tras la ventanilla. Respiro soledad rodeada de extraños. Una voz en off despierta a los pasajeros.  Es la hora de la despedida. Se levantan y salen del vagón dejándolo vacío. ¿Volveremos a coincidir? ¿Quién lo sabe? El transcurrir del tiempo determinará que nuestros mundos se unan fugazmente.

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